sábado, 22 de julio de 2017

Los municipios del Bajo Tormes reclaman el derecho a una atención sanitaria digna


Los ayuntamientos de Monleras, El Manzano, Sardón de los Frailes y Villaseco de los Reyes con sus correspondientes anejos abren un nuevo frente de lucha en contra de la supresión de un médico en la zona, que supone un recorte drástico en la atención sanitaria a la población.
Denuncian la arbitrariedad y la falta de información con que ha actuado la Gerencia de Atención Primaria de Salamanca ante la jubilación de uno de los médicos titulares de la cabecera de comarca, circunstancia que ha aprovechado para suprimir “de facto” la plaza de médico de la demarcación asistencial nº 3, que integra los municipios de Monleras, El Manzano y Sardón de los Frailes, desplazando a Ledesma a su médico titular, D. Manuel Ramos, y anexionándola a la demarcación asistencial nº 6, que comprende Villaseco de los Reyes y sus anejos El Campo de Ledesma, El Gejo de los Reyes y Berganciano. Esta disposición, que afecta de lleno al funcionamiento del Centro de Salud de Ledesma (entre otras cosas por la precariedad de personal para hacer frente a las guardias y urgencias), fue comunicada por sorpresa con solo dos días de antelación para reestructurar el servicio, sin haber recabado información a los profesionales sanitarios de la zona ni mediar explicación alguna que justificara esta medida.
Ante la gravedad de la situación, con la reordenación impuesta desde el pasado 10 de julio, el Consejo de Salud de la Zona de Ledesma se reunió con carácter de urgencia el día 11 de junio y por unanimidad reprobó esta disposición de la Gerencia de Atención Primaria de Salamanca que origina una situación de indefensión y desamparo a los habitantes de la zona, puesto que se traduce en una merma sustancial en la atención sanitaria que reciben, tanto en días como en horas de consulta. Se acordó en la reunión presentar un escrito de alegaciones a la Gerencia de Atención Primaria, exponiendo pormenorizadamente las razones de sentido común para exigir la revocación de esa disposición, precipitada y arbitraria, y solicitar que se cubra de inmediato la plaza vacante de la demarcación nº 3 (es decir, Monleras, El Manzano y Sardón de los Frailes) con el nombramiento de un médico interino o de área que asegure el derecho a un servicio sanitario público de calidad. En los argumentos en que se basa la alegación coinciden plenamente los profesionales sanitarios y los ayuntamientos, que representan a los vecinos de la zona: la dispersión de la población en numerosos pueblos y fincas; el porcentaje elevado de personas mayores, que supone un incremento notable de los avisos domiciliarios; el aumento considerable de la población en el período estival, muy llamativo en los municipios de la demarcación nº 3, cuya plaza de médico queda vacante; la existencia, precisamente en la zona que sufre este drástico recorte, de dos residencias de ancianos y de un programa de permanencia de personas mayores en sus domicilios; los esfuerzos que están realizando estos ayuntamientos, poniendo en juego todos los recursos con que cuentan, para frenar y reinvertir el proceso brutal de despoblación en los territorios rurales; la falta de diálogo y la manera de proceder autoritaria de la institución competente, propia de épocas pasadas ya superadas, etc.
Esperan ser recibidos por las autoridades competentes en el tema y poder entablar un diálogo para encontrar una respuesta satisfactoria. Pero no descartan, si fuera necesario, adoptar todas las medidas que la legislación vigente les permite para defender los derechos de la población a la que representan y sirven. Medidas como esta precipitan el proceso de despoblamiento del mundo rural, proceso que estos ayuntamientos intentan revertir, apostando por impulsar iniciativas de desarrollo local que fijen población y contribuya a mantener vivos los pueblos.
Los portavoces de la Junta de Castilla y León hablan cada vez más de la necesidad de hacer frente al despoblamiento y envejecimiento del medio rural. Pues bien, medidas de este tipo, que suponen supresión de servicios y recorte de derechos sociales, solo pueden contribuir a acelerar la muerte del mundo rural.