domingo, 15 de noviembre de 2015

Foro de reflexión sobre el TTIP y sus consecuencias para el mundo rural.



El pasado 14 de noviembre tuvo lugar, en el Centro de Interpretación de Monleras, una jornada de reflexión sobre el TTIP convocada por Escuelas Campesinas de Salamanca y Adecasal. El ponente invitado para esta reflexión fue Óscar Herrero, de la Unión de Campesinos de Castilla y León, que dirigió a los asistentes la conferencia titulada "El TTIP y sus consecuencias para el mundo rural".

La organización de la jornada ha hecho pública la siguiente nota de prensa:

Escuelas Campesinas de Salamanca y Adecasal convocan un foro de reflexión sobre el TTIP y sus consecuencias para el mundo rural.

El TTIP, acuerdo de libre comercio entre EEUU y la UE, que se está negociando con absoluto secretismo y de espaldas a los ciudadanos e instituciones democráticas, supondrá una vuelta de tuerca más en la implantación de un sistema económico neoliberal que beneficia solo a las grandes corporaciones multinacionales. Pero, además,  allanará el camino para un recorte drástico de los derechos sociales que actualmente los Estados salvaguardan y protegen, tales como la educación o la sanidad, que se convertirán en lucrativos negocios, así como para la supresión de las políticas que garantizan los derechos laborales, la seguridad alimentaria, la protección medioambiental o la lucha contra el cambio climático, entre otras, puesto que son contrarias a la rentabilidad económica que se busca. Y, por si fuera poco, implantará unos nuevos mecanismos de regulación de normativas,  generación de leyes y constitución de tribunales, donde las grandes multinacionales tendrán más capacidad de decisión que los propios Estados, que blindarán los intereses económicos del gran capital, escapando al control democrático por parte de los poderes públicos.
Para el mundo rural significa la apuesta pura y dura por un modelo de producción agro-industrial dominado por un grupo muy reducido de poderosísimas corporaciones multinacionales que controlan la producción y distribución de alimentos y semillas (Monsanto, Nestlé, Coca-Cola, …), un modelo globalizado que concibe la agricultura como un negocio muy rentable y el control de los alimentos como un mecanismo de dominación, un modelo de agricultura especulativa sin agricultores ni agricultoras, al margen de la vida de los pueblos y la cultura rural. Todo aquello que mantiene vivo el mundo rural, la agroecología, los alimentos de calidad, los mercados locales, los saberes y sabores de la tierra, la diversidad cultural, las personas que mantienen viva la memoria del pueblo, todo eso no interesa lo más mínimo cuando se trata de implantar un modelo uniforme de negocio a escala global.
Pero las repercusiones son igualmente nefastas para el mundo urbano. Los ciudadanos de a pie, tanto los que vivimos en los pueblos como los habitantes de las ciudades, somos los grandes perdedores. De ahí la necesidad y el llamamiento a tender puentes y establecer alianzas entre el mundo rural y el mundo urbano. La conciencia crítica y la resistencia organizada son nuestras únicas armas para hacer frente al TTIP. Lo tenemos todo en contra: la mayoría de las fuerzas políticas, en Europa en general y en España en particular, apoyan, abiertamente o de forma ambigua, la firma de los acuerdos del TTIP, quizá porque cuentan con el desconocimiento y la despreocupación de los ciudadanos a los que dicen representar. Solo si despertamos y tomamos conciencia de adónde nos pretenden llevar, solo si somos capaces de unirnos y coordinarnos en redes, movimientos sociales y plataformas de defensa de los derechos sociales y humanos que están en juego, solo así lograremos parar el TTIP. Aún estamos a tiempo.